La Tripulación Radikal tiene sentimientos aunque a veces los destinatarios no sean merecedores de tales ternuras.
En un ataque de nostalgia la Tripulación dedica esta alegoría bizarra de doncellas y rudos machos a nuestra Barbie exconsejera, que abandona la función publica para recuperar las locas mañanas de terciopelo, fresas y Moet.
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